domingo, 30 de marzo de 2014

San Petersburgo

Era noviembre en tu palacio de invierno. Lluvia en el jardín. Las gotas tocaban en la ventana, buscando llamar la atención. Dentro, el salón. 

Dentro, madera de nogal en el suelo, fuego en las paredes y una gran alfombra roja donde bailar de puntillas.
Gira el tocadiscos y suena un jazz entrecortado. Es noviembre en tu palacio de invierno y nadie se libra del frío. Al fondo, la escalera de caracol. Negra, de forja, de esas que tanto marean pero que tan bonitas quedan con la madera del suelo. Arriba, tú.

Foto de Rafa García
Arriba tú, que me miras de soslayo sin atreverte a bajar. Vacilas. Abajo yo, que me había olvidado un domingo de lluvia, de lo que era calarse hasta los huesos. Me ofreces algo caliente de beber. No quieres que corra la suerte del tocadiscos

Abajo la alfombra, una taza de té caliente, y tú de puntillas. Te tapo los ojos. Un shhs al oído. Te tomo de la mano. Media vuelta buscando un final alternativo.

Era noviembre en tu palacio de invierno y olvidé que no querías color en tu historia en blanco y negro. Lluvia en el jardín. Carreras de gotas de agua dentro.