jueves, 26 de agosto de 2010

Andando yo con la mirada perdida por las calles de Antequera una tarde de primavera, encontré algo inusual colgado de las fachadas de algunas casas. De color gris, tamaño mediano y a unos dos metros sobre el nivel del suelo. ¡Unos altavoces! Bastante extrañado, volví a pasar frente a una de esas fachadas, dudando incluso de que fuera verdad que lo había visto. Exactamente: unos altavoces.

Unas horas después, ya en casa, seguí dándole vueltas al asunto. Buscaba una explicación, que no encontraba. Decidí preguntar a algunos amigos del instituto sobre este hallazgo. Cinco fueron los entrevistados y sólo el último supo con certeza su uso: "Se utilizan en contadas situaciones: en Navidad, para poner villancicos y, en algunas ocasiones, retransmiten la misa". ¡¿Cómo no había caído en la cuenta?!

Para el que no lo sepa, diré que Antequera  estuvo ocupada por los musulmanes hasta el XV, en el que fue reconquistada por el ilustre Infante Don Fernando, durante el reinado de los Reyes Católicos. Lo que supuso que Antequera pasase a ser históricamente una ciudad cristiana católica.

Pues bien, el 16 de septiembre de 2010 se cumplen 600 años de la anexión a la corona de Castilla. Por ello, y para celebrar tan singular fecha, han decidido reservar los fuegos artificiales de la Real Feria de agosto. Hasta aquí todo normal.

Pero hay algo que no me cuadra a mí... Por mucho católico que haya en Antequera, por muchas iglesias que se levanten en su suelo, siempre habrá alguien que no sea católico o simplemente que no profese religión alguna. ¿Ellos también tienen que oír la misa en un lugar PÚBLICO? ¿Ellos tienen que renunciar a ver unos simples fuegos artificiales en feria? ¿Acaso por no ser católicos han de ser menos? Por supuesto que NO. Hasta donde yo sé, el decálogo de esta religión (que también es la mía) dice en su primera ley: "Amarás a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo". ¿Prójimo? ¿Qué es el prójimo? Según la RAE, un prójimo es cualquier persona respecto de otra en la colectividad humana. 

O algo no comprendí yo bien o el significado de prójimo que nos da la RAE es algo desconocido para una gran mayoría de católicos. 

Sea como fuere, el hábito no hace al monje.