sábado, 19 de septiembre de 2009

Vacaciones: 1.libertad para desperdiciar el tiempo

Llegado el nuevo curso, hay quien se lamenta, queja y solloza por el final del verano. Sí, de acuerdo. El verano es fantástico, es más a mi me encantan los días largos, las tardes de piscina, las noches de fiesta…

Pero, ¿qué es lo que nos pasa? Nos planteamos hacer siempre una serie de cosas, que luego, ¡nunca hacemos! ¿Por qué? Son como los propósitos de año nuevo, juramos y perjuramos no desperdiciar el año haciendo lo mismo de siempre, pero al final el que prometió dejar de fumar, sigue fumando, el que prometió ir al gimnasio sigue tumbado en el sofá… ¿Por qué?

El ser humano, está lleno de buenas intenciones, de buenas iniciativas, suele saber lo que le conviene, pero en no sólo decirlo, si no hacerlo es donde reside la diferencia.

Por ejemplo, un amigo, prometió sacarse el carnet de conducir, ¿qué pasó? Los resultados saltan a la vista. “No, no aun es temprano” “! Sera por verano!” …

Somos poco constantes. Hablamos mucho. Hacemos poco. Una vez acabadas las vacaciones, nos quejamos de no tener tiempo libre. ¿Qué quiere decir tener tiempo libre? ¿Poder desperdiciar las vacaciones tumbado en el sofá?

Desde luego, para mí es preferible estar haciendo algo de provecho, que tener la “libertad para desperdiciar el tiempo”.

1 comentarios:

jaramos.g dijo...

Es verdad: muchos de nuestros buenos propósitos no se llevan a cabo o se ponen en práctica muy pocas veces. Esos de comienzo de año, de comienzo de curso, de comienzo de verano..., que concebimos con tanta gana e ilusión..., desaparecen como el humo. ¿Por qué?, me pregunto también yo, incitado por tus interesantes y oportunas reflexiones (que, por supuesto, agradezco y encomio). Tal vez es que tales proyectos o planes se corresponden sólo con lo que NOS GUSTARÍA, pero no con lo que realmente NOS GUSTA.