viernes, 14 de noviembre de 2008

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Hay veces en que el intento por ser buena persona se torna frustrante e incluso puede causar dolor. Con lo facil que seria la vida sin preocuparnos por nadie... y sin embargo algunos sentimos esa atraccion inevitable por hacerles el bien, por evitarles un daño... lo que muchas veces significa tragarte tus sentimientos y no darlos a conocer por miedo a crear mas conflictos de los que ya puede haber. No me extraña que cada vez sea menos la bondad y confianza que depositemos en las personas que van llegando a nuestras vidas, ya que la sociedad parece gritarnos que estamos equivocandonos de conducta, porque a veces poner la otra mejilla no es tan gratificante...

2 comentarios:

jaramos.g dijo...

Recordarás que te dije que no debes desesperar(te). Creo que, con el tiempo, se aprende a sacar de los demás lo bueno que tienen. Incluso aunque se obstinen en impedirlo. Cuando se consigue un poco, se va viendo la cosa de manera más optimista, vuelve uno a confiar y estimar a la gente.

Roxana Pérez Páez dijo...

Me gusta esta entrada. Estoy totalmente de acuerdo contigo... con la cosa de no hacer daño siempre me callo y pienso en los demás, en vez de ser más egoísta y pensar en mi y en mi vida.