viernes, 12 de junio de 2009

La rutina, eterna enemiga de la libertad

Y hoy siento que la rutina me consume... me empiezo a hartar de más de lo mismo... pero, ¿Cómo combatirla estando regido por unos horarios estrictos y normas? Suelo pensar esto cada vez que me paro a pensar si vivo del modo correcto, ya que creo que vivimos en un mundo donde el tiempo nos apremia y solo nos damos cuenta de lo que hemos desaprovechado una vez lo hemos dejado atrás... ¿Quién no ha pensado nunca en volver al pasado y borrar sus errores? ¿Quién no ha apreciado lo que ha tenido hasta que lo ha perdido? ¿Es posible que exista amor entre las personas, cuando a diario vemos pruebas de todo lo contrario? Me gustaría poder creer que sí... pero cada vez me cuesta más imaginar un mundo de personas donde la sinceridad sea el pilar de la convivencia.

2 comentarios:

Basilio Pozo-Durán dijo...

cuesta, pero se puede

los horarios parecen que nos dominan, pero no, nuestra capacidad de lucha, de soñar y hacer realidad esos sueños puede más que todos los relojes y calendarios del mundo

ánimo!

jaramos.g dijo...

No tengo yo una visión tan negativa de los horarios. Salvo que se trate de esos a que someten a los pobres chinos traídos a España y otros países occidentales por las mafias. El tener que hacer algunas cosas a una hora determinada y no a otra es inevitable. Además, el apremio moderado nos puede servir de ayuda, pues sin él nuestra voluntad se afloja a menudo. Como en otros ámbitos de la vida, nunca es bueno ni un extremo (fuera todas las barreras y los corsés temporales) ni otro (te vamos a reglamentar la vida al minuto).